Antes del comienzo de la primera ventana en Orlando en noviembre de 2017, Arroyo, con 37 años, recibió un acercamiento de Casiano y del presidente de la Federación de Baloncesto local, Yum Ramos, para que considerara la opción de salir del retiro y volviera a la escuadra. ¿Por qué resulta tan difícil pasar la página en la Federación? ¿Qué va a pasar con el desarrollo de un Gary Browne? ¿Por qué seguir cometiendo los errores del pasado? Fueron las preguntas que me vinieron a la mente en aquel momento. El exenebeísta no llevaba ni un año y medio retirado del seleccionado, y el dirigente ya lo quería de vuelta. Arroyo, sin embargo, rechazó la invitación de Casiano, cuando había anunciado su retiro en el verano de 2016 a la conclusión del Repechaje Olímpico de Serbia. Allí terminó una fructífera carrera como integrante del programa adulto por 15 años. Y salió del tabloncillo jugando a un alto nivel. “Mi tiempo ya pasó. Ahora le toca a los muchachos que han soñado con pertenecer a este equipo, al igual que yo soñé