En solo días, hemos sido testigos de planes de restructuración de deudas que el gobierno avala, para días después rechazarlos por completo; vídeos publicitarios de la gobernadora que no se sabe si son personales, de campaña o de gobierno; ataques cibernéticos a agencias del Estado y referidos defectuosos del Departamento de Justicia al Fiscal Especial Independiente (FEI), que afectan la adjudicación de responsabilidad por el chat del exgobernador Ricardo Rosselló y sus allegados. La consternación que un día experimentamos con la administración pública es superada con la indignación de otras actuaciones que al día siguiente se suscitan.
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