La práctica de obsequiar regalos en Navidad se vincula a la creencia de que el nacimiento de Jesús representaba el regalo por excelencia dado a la humanidad, escribe Eunice Santana
La práctica de obsequiar regalos en Navidad se vincula a la creencia de que el nacimiento de Jesús representaba el regalo por excelencia dado a la humanidad, escribe Eunice Santana
Independientemente de que seamos creyentes o no, tenemos que reconocer que la celebración de la Navidad traza sus orígenes a un evento religioso. La celebración está matizada por el uso de luces resplandecientes que se relacionan con la profecía del profeta Isaías que reza: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz”, y que el cristianismo se lo atribuye al nacimiento de Jesús. También se relacionan con la estrella de Belén, un lucero de gran brillantez, que, de acuerdo con el relato bíblico, guió a los Reyes Magos hasta el pesebre donde estaba el niño para adorarlo y llevarle regalos de oro, incienso y mirra.
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