La jeringonza es típica en el Caribe, toda América Latina y España, y consiste en añadir una segmento antes o después de cada sílaba de una palabra, dizque para “hablar en secreto”. En Puerto Rico añadimos chi- antes de cada sílaba, pero el asunto varía de país en país. Por ejemplo, Bocadillo sería como lo ve allá arriba en el título. Todos (por lo menos los de mi liga) éramos maestros de la jeringonza. Los chamaquitos de ahora, pues a la verdad que no sé..., pero la destreza la tienen, aunque no jueguen con ella, jeje. Ni modo, los tiempos cambian, como la lengua. Pero la jeringonza, para los que la jugamos alguna vez, es como correr bicicleta: no se olvida. Mire a ver: ¿chius chite chien chitien chide chilo chique chidi chice chia chiquí? ¡Chisí! ¿Chicier chito? Chicla chiro. Y usted dirá... Oh Dios, ¡la perdimos!… se jo…robaron los bocadillos; la lingüista se ha vuelto chilo chica. Nada que ver, y recupérese porque hay Bocadillos para rato. Ahora bien... ¿se ha preguntado quién le enseñó a usted a dividir las sílabas? Nadie lo hizo. ¿Entonces? ¿Cómo es que un niño sabe dónde empieza, o termina, la sílaba española antes de ir a la escuela? No fue mamá quien le enseñó (ni papá). Mire, no importa lo que le hayan dicho, usted es un genio en materia de lengua, aunque no esté enterado. ¿No me cree? Chile chia chiel chibo chica chidi chillo chima chiña china. No olvide su chica chifé. ¡Buenos días!
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