Okey, como estamos en año de elecciones, voy a traer, de cuando en vez, una que otra palabrita interesante sobre el tema. Empiezo hoy con chupópteros. ¿Conoce o sabe de algún chupóptero? ¿No sabe lo que significa? ¿Nunca la había escuchado? ¡Ja! Pues le cuento. La palabra chupóptero está recogida en el diccionario de Madrid con el siguiente significado -más o menos-: persona que, sin prestar servicios efectivos, percibe uno o más sueldos. Interesante, ¿no le parece? Pero vamos por partes, como el destripador, para entender mejor esta palabrita tan chuchin. Si miramos el sufijo -ptero, rápido vamos a sospechar que estamos ante una forma culta (antigua), ¿verdad?. Bien. Este -ptero, nos dice Pharies, está asociado al sentido de ala. Así pues encontramos los dípteros (con dos alas) los ápteros (sin alas) y los coleópteros “insectos con las alas del primer par convertidas en una especie de estuche, como el escarabajo”. Peeeero ¿y helicóptero? Ahhh, pues nos dice este autor que el helicóptero, donde viajan muchos chupópteros, es un neohelenismo. Helicóptero es una combinación del latín helix (espiral) y su elemento compositivo -ptero (ala). ¿Lindo, no? También está el quiróptero, que nos remite al murciélago y el ornitóptero, “avión que se sostiene gracias a que sus alas ejecutan movimientos parecidos a los de las aves”. Todo lo anterior está monísimo y, vamos, queda meridianamente claro. Lo que resta preguntarse es de dónde rayos sale el chupóptero que recogen los académicos de la Irreal. La respuesta no es difícil. De chupar y volar o chupar volando (bajito). ¿No es eso lo que hacen los políticos todo el tiempo? Pues ya sabe. Este año de elecciones sea cauteloso con los chupópteros que escoja, pa que no le chupen ni el vuelo... ni el vivir.
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