Cuando pedimos a Dios por la victoria sobre adversarios y enemigos se nos olvida que nuestro Padre Celestial nos ama a todos, escribe Pedro Ortiz
Cuando pedimos a Dios por la victoria sobre adversarios y enemigos se nos olvida que nuestro Padre Celestial nos ama a todos, escribe Pedro Ortiz
Quiero dar gracias a Dios por la valentía de nuestro amado Papa Francisco al iniciar la gesta más importante y peligrosa que la Iglesia ha emprendido en esta generación, de tratar de promover una negociación internacional que evite una guerra mundial, así como su pedido de que los creyentes acompañen el esfuerzo mediante sus oraciones, y cómo esta gesta ha tenido un efecto particular en mi alma. A partir de esa particular experiencia he tenido que enfrentar mi realidad, al hecho de que a pesar de que como cura he dedicado muchos años a la oración, todavía sigo siendo un aprendiz.
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