Existe mucha literatura sobre las diversas estrategias que la persona que trabaja remoto (teletrabajo u online) debe utilizar para mejorar su productividad. No obstante, debido a la necesidad de aislamiento por la crisis global del COVID-19 muchos nos hemos visto obligados a asumir este tipo de trabajo de la noche a la mañana. En otras palabras, sin tener las herramientas de organización del espacio y el tiempo, ni los hábitos correspondientes. Se ha afectado nuestra rutina diaria, los horarios de sueño, las formas de alimentación. El espacio físico de la casa, en muchos casos, ha tenido que modificarse para acoger las actividades de todos los integrantes de la casa que ya no pueden desplazarse al exterior. Es de esperar que haya conflictos en este espacio doméstico que ahora es igualmente espacio de trabajo y estudio durante día y en algunos casos, también la noche. Algunos de estos conflictos surgen porque se han alterado nuestros hábitos cotidianos.
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