
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Los idiomas evolucionan. Se enriquecen por modismos, influencias extranjeras y por cómo se habla en la calle. Sin embargo, hoy en Puerto Rico llama la atención la involución del español: un retroceso en el proceso mediante el cual apropiamos, transformamos y se expande la lengua materna a diario. Quien piense que propongo censurar aquí el uso constante de anglicismos descuide; es fenómeno común a nivel internacional. Tampoco voy a condenar cómo, as we speak, prolifera el adolescente que siendo boricua pa’ que tú lo sepas, prefiere hablar en inglés con sus pares. Lo que preocupa es lo poco que aprovechamos la riqueza del idioma español.
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