Algunos idiomas, como el español, tienen una correspondencia fonética extraordinaria; con tan solo mirar una palabra ya sabemos cómo pronunciarla. El inglés, en cambio, no es fonético. Por eso no basta con ver o escuchar una palabra para saber cómo pronunciarla o escribirla. Esta “endemoniada” característica del inglés nos remite a George Bernard Shaw cuando aseguraba que Ghoti era lo mismo que decir Fish. ¿Cómo? Pues fíjese: gh = f como en rouGH; o = i como en wOmen; ti = sh como en naTIon. ¿Vio el enredo? ¿Será por esto que le llamamos el difícil al inglés? Vamos a ver…
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