

El título de esta columna resume la impresión que causan las ejecutorias, deslucidas y poco efectivas, del liderato político en Puerto Rico. El martes pasado, el gobernador Pedro Pierluisi, presentó su mensaje ante la Asamblea Legislativa. La manera más rigurosa y responsable de informar el estado de situación, no es pronunciando un discurso sino sometiendo un documento escrito juicioso y fundamentado. Así lo hicieron todos los presidentes de Estados Unidos desde Washington, en 1789, hasta Taft, en 1912. En 1913, Woodrow Wilson se presentó ante el Congreso y expuso su discurso oralmente. Desde entonces, los mensajes dejaron de ser instrumentos de gerencia pública para convertirse en medios de propaganda política.
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