La extraño profundamente, pero ha sido el amor compartido y el dolor democratizado en miles de personas lo que valida nuestra condición de comunidad. Somos pueblo. “A seguir luchando” me dijo, escribe Arturo Massol Deyá
La extraño profundamente, pero ha sido el amor compartido y el dolor democratizado en miles de personas lo que valida nuestra condición de comunidad. Somos pueblo. “A seguir luchando” me dijo, escribe Arturo Massol Deyá
Quien conoció a mi mamá, Faustina “Tinti” Deyá, sabía de su celosa defensa y amor visceral por sus cuatro hijos, siete nietos, sus estudiantes, la comunidad y Puerto Rico. En discusiones políticas comunes en el interior del hogar, bastaba una mirada para que Alexis, mi papá, aceptara que estaba equivocado, tuviera o no buenos argumentos.
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