Cuando defendemos sociedades en que nosotros no podríamos vivir (sin sufrir represión por parte de las autoridades), caemos en una contradicción, escribe Eduardo J. Suárez Silverio
Cuando defendemos sociedades en que nosotros no podríamos vivir (sin sufrir represión por parte de las autoridades), caemos en una contradicción, escribe Eduardo J. Suárez Silverio
A finales de los sesenta Pablo Neruda retira su apoyo a la revolución cubana por la falta de las libertades artísticas. Específicamente, me refiero al caso del escritor Heberto Padilla. Según Fidel Castro, el arte debe fomentar (o al menos no criticar) la revolución: Dentro de la Revolución, todo. Fuera de la Revolución, nada. Neruda no está de acuerdo con esto. Aunque él era comunista, su compromiso con la libertad artística era sólido.
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