Lo que sí se demuestra es cómo un líder sin escrúpulos puede destruir una democracia de 245 años, la democracia más respetada e influyente que el mundo haya visto jamás. Por lo tanto, precaución, democracia, escribe Francisco Rodríguez-Castro
Lo que sí se demuestra es cómo un líder sin escrúpulos puede destruir una democracia de 245 años, la democracia más respetada e influyente que el mundo haya visto jamás. Por lo tanto, precaución, democracia, escribe Francisco Rodríguez-Castro
Desde el primer día que Donald J. Trump anunció sus aspiraciones presidenciales, llamó a los inmigrantes mexicanos violadores y asesinos. Su racismo hacia las personas de ascendencia hispana ha sido evidente y dramático de ver y sobre todo de experimentar. Pero el ataque a los hispanos fue solo el primer disparo de Trump para crear una agenda de división en la nación americana.
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