Son muchos los títulos condenados, porque la literatura, la buena literatura, es siempre un discurso contrasistema y, consecuentemente, una amenaza, escribe Ceida Fernández Figueroa
Son muchos los títulos condenados, porque la literatura, la buena literatura, es siempre un discurso contrasistema y, consecuentemente, una amenaza, escribe Ceida Fernández Figueroa
Leer siempre ha sido un acto sospechoso, precisamente, porque ocurre en ese espacio incontrolable que es la mente, la conciencia, la imaginación… inatrapable para los que ejercen o aspiran a ejercer el control. Por eso, los alardes censores de Ron DeSantis en la Florida son la radiografía perfecta de los que, aferrados al poder, le temen a la verdadera soberanía de los lectores.
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