Desde pequeños aprendemos en la escuela que Puerto Rico disfruta de una posición geográfica única. Descubrimos que para la corona española, en tiempos de la conquista, la Isla de San Juan Bautista ofrecía una primera parada tras el agotador cruce Atlántico desde las Islas Canarias. La geografía fue el detonante que convirtió a nuestra Isla en un bastión militar clave para la defensa del imperio español de América. Las murallas del viejo San Juan son el mejor recuerdo de eso.
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