En nuestro suelo boricua, debemos tomar en cuenta el desprecio que emana del expresidente convicto, escribe Esther Vicente
En nuestro suelo boricua, debemos tomar en cuenta el desprecio que emana del expresidente convicto, escribe Esther Vicente
No cabe duda de que la relación del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hoy convicto por delitos graves de corrupción y fraude, con las mujeres es una relación tóxica, abusiva y violenta. Ninguna de las personas que sirvió en el jurado que le juzgó el 30 de mayo de 2024 le creyó la negación de haber sostenido una relación con una joven de 26 años a un año de casado con Melania Trump. Las cinco mujeres y siete hombres que le juzgaron valoraron el testimonio de esa joven, hoy empresaria del cine porno, a quien el expresidente tilda de mentirosa. Por ende, ese jurado validó que hubo el maltrato, la corrupción y el fraude. Pero esa relación tóxica va más allá de este caso.
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