El precio a pagar es demasiado alto. La guerra no vale la pena como solución de conflictos humanos. No hay ni existen tales vencedores ni vencidos: todos somos vencidos, escribe José Vilasuso Rivero
El precio a pagar es demasiado alto. La guerra no vale la pena como solución de conflictos humanos. No hay ni existen tales vencedores ni vencidos: todos somos vencidos, escribe José Vilasuso Rivero
Hace días un activista, partidario fervoroso de Vladimir V. Putin, me catapultaba un barrage cruzado de salpimentados alegatos a favor del gobernante ruso. Estuve a punto de citarle a Svletana Alexiévich, premio Nobel de Literatura 2018, quien califica a Vladimir Vladimiróvich como líder de pacotilla, pero me contuve. Eternamente será preferible y sabio aplacar incendios que azuzarlos con gasolina; preferí citarle algo pertinente, y le dije, “amigo, un soldado ruso y un soldado ucraniano son dos soldados muertos”. Dejé un paréntesis en blanco para hacerlo reflexionar, y luego añadiría el resto del titular de estos humildes apuntes.
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