No fue buena estrategia, como la común adoptada por cuatro aspirantes, buscar convertir la elección especial en un referéndum O’Neill, Sí o No. El resultado fue alto y claro, indica Antonio Quiñones Calderón
No fue buena estrategia, como la común adoptada por cuatro aspirantes, buscar convertir la elección especial en un referéndum O’Neill, Sí o No. El resultado fue alto y claro, indica Antonio Quiñones Calderón
La contundente elección de Edward O’Neill como el nuevo alcalde de Guaynabo – baluarte estadista desde la fundación del Partido Nuevo Progresista hace más de cinco décadas– debe verse como el resultado natural de un evento marcado por dos vías. La primera, la apuesta del electorado guaynabeño a la elección de un dirigente municipal que aporte con su carácter a borrar la fea verruga de corrupción que imprimió a la faz de la administración municipal el alcalde recién arrestado y acusado, Ángel Pérez.
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