No cualquier persona puede identificar, conocer y contratar a un sicario, poco o muy experimentado, para asignarle una ‘encomienda’, así porque sí, dice Héctor Pérez Acosta
No cualquier persona puede identificar, conocer y contratar a un sicario, poco o muy experimentado, para asignarle una ‘encomienda’, así porque sí, dice Héctor Pérez Acosta
El martes, 18 de enero de 1983, hace casi 37 años, los puertorriqueños despertamos atónitos ante la noticia de la espantosa y trágica muerte del afamado y muy querido productor y animador de televisión, Luis Vigoreaux Rivera. Y es que este apareció calcinado en el baúl de su auto Mercedes Benz en un solitario paraje de Cupey Bajo, en Río Piedras, cerca de las 9:30 de la noche anterior. Fue una de esas noticias que, por su impacto, todos recordaremos dónde estábamos y qué hacíamos al momento en que nos enteramos.
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