En nuestro diario vivir tendemos a enfrentarnos a dos tipos de problemas: los que podemos controlar y aquellos que están fuera de nuestro control. Ante los que no podemos controlar tendemos a resignarnos e intentar aprender a vivir con ellos. Por mi parte, prefiero ver la realidad desde un espectro más amplio, haciéndole frente a ambos tipos de problemas. Porque, si algo he aprendido en mis 25 años de experiencia en la banca, es que hasta los retos más grandes e incontrolables se pueden sobrepasar con enfoque, liderato y voluntad.
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