El Cano pudo llegar a ser un gran alcalde para beneficio de su pueblo, pero ya tomó sus decisiones, tan equivocadas como irremediables, escribe Anibelle Sloan
El Cano pudo llegar a ser un gran alcalde para beneficio de su pueblo, pero ya tomó sus decisiones, tan equivocadas como irremediables, escribe Anibelle Sloan
El exalcalde de Cataño, Félix “el Cano” Delgado, es la triste pero común historia de lo que pudo haber sido y no fue. Comenzó como alcalde en el 2017, luego de ganar las elecciones en su segundo intento. En ese momento no era conocido más allá de las fronteras de su municipio y no había indicios del rápido ascenso que alcanzaría en el pentagrama político de nuestra Isla. El Cano, con su excelente proyección y dinámica de trabajo, subió como la espuma. Sin duda era un hombre carismático, siempre cuidando su imagen, con un entusiasmo contagioso y ambiciosos planes para el pueblo más pequeño de Puerto Rico. El alcalde hablaba de convertir a Cataño en la meca del turismo, de desarrollo económico, de ornato y seguridad, de “prudencia en el gasto” y de nuevas iniciativas, destilando ilusiones y llenando a los catañeses de esperanza. Poco a poco, el Cano Delgado fue conquistando a Puerto Rico.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: