
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En el célebre mural de Masaccio, la “Trinidad”, en esa Florencia del primer cuarto del siglo XV, se consigna la advertencia con la frase frente al esqueleto en un sarcófago: “Fui lo que tú eres y lo que yo soy tú serás”. Nos recuerda que somos más los otros que lo que pretendemos inútilmente ser como exclusivos. El escenario temible que describe, precisamente en Florencia, para el siglo XIV Bocaccio: la “mortífera peste” en el Decamerón insiste que se expande, según su relato, por el inevitable intercambio entre personas mediante el cuerpo. Como ha dicho el profesor Snowden, las pandemias ponen sobre el tapete importantes elementos de nuestra existencia. En esos momentos tienden a quebrarse espejismos, a pulverizarse ciertas ideas tomadas como “verdades”. Una de ellas es el cuerpo como ente privado.
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