El cuerpo, contrario a ser un ente aislado es un punto de encuentro, maravilloso, en que converge el universo y que se expresa como una forma de individuación de la especie, escribe Rubén Dávila Santiago
El cuerpo, contrario a ser un ente aislado es un punto de encuentro, maravilloso, en que converge el universo y que se expresa como una forma de individuación de la especie, escribe Rubén Dávila Santiago
En el célebre mural de Masaccio, la “Trinidad”, en esa Florencia del primer cuarto del siglo XV, se consigna la advertencia con la frase frente al esqueleto en un sarcófago: “Fui lo que tú eres y lo que yo soy tú serás”. Nos recuerda que somos más los otros que lo que pretendemos inútilmente ser como exclusivos. El escenario temible que describe, precisamente en Florencia, para el siglo XIV Bocaccio: la “mortífera peste” en el Decamerón insiste que se expande, según su relato, por el inevitable intercambio entre personas mediante el cuerpo. Como ha dicho el profesor Snowden, las pandemias ponen sobre el tapete importantes elementos de nuestra existencia. En esos momentos tienden a quebrarse espejismos, a pulverizarse ciertas ideas tomadas como “verdades”. Una de ellas es el cuerpo como ente privado.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: