La imposición de la figura masculina como la autoridad depositaria del poder a través de la historia ha propiciado que se fomenten masculinidades poco saludables que resultan en conductas de violencia, sobre todo hacia las poblaciones femeninas
La imposición de la figura masculina como la autoridad depositaria del poder a través de la historia ha propiciado que se fomenten masculinidades poco saludables que resultan en conductas de violencia, sobre todo hacia las poblaciones femeninas
La violencia de género que arropa a Puerto Rico es un fenómeno global que, no obstante, se manifiesta en mayor escala en los países latinoamericanos. El desafío que confrontan las sociedades modernas con este flagelo, heredado de siglos de hegemonía masculina, es el resultado de la normalización de las sociedades patriarcales que, aunque en Puerto Rico estadísticamente es menos prevalente, no deja de representar un desafío para el cual no parece haber mucha voluntad oficial por atajarlo o reducirlo.
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