Los partidos políticos son como las herramientas, que al perder utilidad tienen que ser reemplazadas, opina Orlando Parga
Los partidos políticos son como las herramientas, que al perder utilidad tienen que ser reemplazadas, opina Orlando Parga
El jíbaro puertorriqueño que por mísero jornal se ganó la vida trabajando el cañaveral de sol a sol, sirvió de inspiración del icónico símbolo de la “pava” que el Partido Popular Democrático (PPD) utilizó desde 1938 para identificarse con el humilde trabajador. Con el tiempo, los gobiernos populares liquidaron a la industria azucarera. Ya no hay cañaveral ni caña que cortar. El humilde jíbaro pasó a la historia, pero el símbolo sigue en propaganda y papeleta de gancho electorero. Tan desubicado de la realidad contemporánea de ese partido como para que, en día reciente, con supremo elitismo, el alcalde popular electo bajo esa insignia, Carlos López, escogiera insultar a su correligionario presidente de la cámara Rafael Hernández, llamándole “recogelatas”.
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