En el pasado se acostumbraba a decir que la política era el pasatiempo nacional. Parece ya no ser ese el caso en la isla. Y múltiples razones explican este cambio, escribe Carlos Díaz Olivo
En el pasado se acostumbraba a decir que la política era el pasatiempo nacional. Parece ya no ser ese el caso en la isla. Y múltiples razones explican este cambio, escribe Carlos Díaz Olivo
Para el ciudadano promedio la importancia de los eventos que suceden en el mundo depende del impacto que cada suceso tiene en sus vidas. Un asunto podrá ser de alta política y trascendencia pública, pero si una persona no lo vincula a lo que considere importante, lo obvia o relega. Otros asuntos que entretienen captarán mayor atención ciudadana.
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