Luego de recién concluir mi función judicial después de 14 años y medio en el Tribunal de Apelaciones, creí podría dedicarme a mi retiro, sin mayores distracciones; dedicarme a escribir sobre mis 40 años de servicio público y la utilización de la herramienta de búsqueda del Consenso Patriótico en la Política, el Gobierno y la Judicatura. Todo ello para lograr un modelo de respeto a las opiniones divergentes y para coagular un propósito común que le sirva de hoja de ruta a la nueva Asamblea Legislativa, integrada por cinco partidos de posiciones políticas e ideologías divergentes. Si en el pasado lo logramos para sacar a la Marina de Vieques y a un gobernador de su puesto, lo podemos repetir, dándole prioridad a lo que nos une (puntos coincidentes de las respectivas plataformas de los partidos políticos, aprobando legislación apoyada por todos los sectores políticos).
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