Las movidas recientes en el Congreso y la acción del IRS contra Microsoft hacen pensar que vivimos en una era de intenso escrutinio a los programas de promoción industrial que utilizan la desgravación parcial como incentivo, escribe Juan Lara
Las movidas recientes en el Congreso y la acción del IRS contra Microsoft hacen pensar que vivimos en una era de intenso escrutinio a los programas de promoción industrial que utilizan la desgravación parcial como incentivo, escribe Juan Lara
En días recientes se dio a conocer que el Negociado Federal de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés) culminó una larga auditoría de Microsoft y le reclamó el pago de casi 29,000 millones de dólares por contribuciones dejadas de pagar por el alegado traslado de ganancias a países y jurisdicciones de baja tributación; entre ellos, Puerto Rico. Microsoft indicó que apelará la decisión, pero el caso ya hizo historia porque se trata una reclamación sin precedentes por su magnitud, y aunque no se precisó cuánto de ese monto se les atribuye a las operaciones de la empresa en Puerto Rico, el tema nos toca muy de cerca.
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