El problema es que destruimos el nosotros para promover el individuo, carente de una robusta identidad nacional: el ciudadano mundial. Ante esta débil identidad reemerge el deseo por la tribu, escribe Eduardo J. Suárez Silverio
El problema es que destruimos el nosotros para promover el individuo, carente de una robusta identidad nacional: el ciudadano mundial. Ante esta débil identidad reemerge el deseo por la tribu, escribe Eduardo J. Suárez Silverio
En su reciente libro The Return of the Strong Gods, Reno explora el resurgimiento del nacionalismo y el populismo. En Rusia, Hungría, Polonia, Turquía y los Estados Unidos vemos una exaltación de lo nacional y el rechazo al liberalismo internacional. En Rusia se fortalece la Iglesia Ortodoxa, perseguida bajo el comunismo, y se exaltan los valores tradicionales, lo que ha provocado la persecución de las comunidades LGBT y los Testigos de Jehová. Estados Unidos se halla en medio de un serio conflicto cultural entre los liberales multiculturales versus el conservadurismo político y religioso. Esto explica que muchos norteamericanos temen que se aproxima una guerra civil.
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