El gobierno no puede ‘mirar para el otro lado’ en aquellos casos en que los adultos que se supone que cuiden al menor son la fuente de daño físico o emocional, dice Zoé Laboy Alvarado
El gobierno no puede ‘mirar para el otro lado’ en aquellos casos en que los adultos que se supone que cuiden al menor son la fuente de daño físico o emocional, dice Zoé Laboy Alvarado
Para mí, uno de los temas más tristes y del que muchos no quieren hablar es el maltrato infantil. Duele ver cómo año tras año se discute, pero como sociedad, no logramos encontrar “un remedio”. Este tema me recuerda una conversación con un exgobernador que me decía que el gobierno debe “meterse” lo menos posible en la vida de las personas, incluyendo el no dictar cómo los adultos crían a sus hijos. Recuerdo haberle contestado que estoy de acuerdo en parte; sin embargo, el gobierno no puede “mirar para el otro lado” en aquellos casos en los que ese adulto, que se supone que cuide a ese menor, es la fuente de daño físico o emocional para el menor que tiene a su cargo.
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