Propongo que seamos más estratégicos a la hora de crear planes para atajar la criminalidad e incorporemos como prioridad la enseñanza de destrezas socioemocionales, escribe Johnny F. Rullán Schmidt
Propongo que seamos más estratégicos a la hora de crear planes para atajar la criminalidad e incorporemos como prioridad la enseñanza de destrezas socioemocionales, escribe Johnny F. Rullán Schmidt
Su nombre era Doña Margarita Rodríguez: una inocente educadora yabucoeña que dedicó su vida a prevenir mediante la educación la misma violencia que le cobraría la vida en medio de una balacera en Caguas el pasado sábado, 14 de mayo. En sus 73 años de vida, habría motivado a un sinnúmero de jóvenes a continuar su educación y a salir de la calle, pues, según expresan sus familiares, era “fiel creyente de que la violencia se erradicaba con educación”.
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