

El 22 de marzo de 1873, hace 152 años, se abolió la esclavitud en Puerto Rico, magna empresa realizada sobre todo por el esfuerzo y la determinación de uno de los padres de la patria: don José Julián de Acosta y Calbo, quien, siete años antes de proclamarse la abolición, había señalado que él, junto con los dos comisionados (don Francisco Mariano de Quiñones y don Segundo Ruiz y Belvis) que lo habían acompañado a las Cortes españolas, «no hici[eron] más que clavarle el arpón a la ballena, seguros de que iría a morir a la orilla».
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