Una colectividad que estaba adormecida pareció despertar y comenzar a moverse de cara a las próximas elecciones, escribe Anibelle Sloan.
Una colectividad que estaba adormecida pareció despertar y comenzar a moverse de cara a las próximas elecciones, escribe Anibelle Sloan.
El Partido Popular Democrático (PPD) no está en su mejor momento. Lleva dos años en un profundo letargo, con sus puertas cerradas la mayoría de los días, sin recaudar fondos, colocándose en el último lugar entre los cinco partidos políticos en cuanto al balance de sus cuentas de banco. En ese tiempo, la colectividad tampoco ha estado exenta de agrias controversias internas que han generado fuertes críticas públicas entre su liderato, han socavado la popularidad de algunos de sus funcionarios electos y han desanimado a sus huestes. Para agravar su situación, a estas alturas, el PPD tampoco ha completado su ejército electoral. Son miles de personas a quienes tienen que buscar y adiestrar para que puedan competir contra los aguerridos funcionarios electorales del Partido Nuevo Progresista (PNP).
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