No sé si es necesario llenar esas vacantes o no, pero sí es necesario que la decisión que se tome sea el resultado de un estudio concienzudo y no, nuevamente, el producto de consideraciones político-partidistas, escribe Hiram Sánchez Martínez
No sé si es necesario llenar esas vacantes o no, pero sí es necesario que la decisión que se tome sea el resultado de un estudio concienzudo y no, nuevamente, el producto de consideraciones político-partidistas, escribe Hiram Sánchez Martínez
La creación del Tribunal de Apelaciones era una idea que un candidato a la gobernación rescató en 1992 de alguna gaveta de papeles viejos y la convirtió ese año en promesa de campaña. No obstante, el gobernador incumbente —de otro partido— se planteó: “Pero si es un tribunal tan importante, ¿por qué no crearlo desde ahora, antes de las próximas elecciones?”. Y como su partido controlaba las mayorías legislativas, lo crearon. Estaría compuesto por 15 jueces.
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