Al ciudadano lo que le urge es poder tener sus medicamentos a tiempo, librarse de copagos elevados y tener proveedores accesibles, escribe Juan Antonio Candelaria
Al ciudadano lo que le urge es poder tener sus medicamentos a tiempo, librarse de copagos elevados y tener proveedores accesibles, escribe Juan Antonio Candelaria
No hay peor crisis que aquella que nos azota paulatina, lenta y silentemente, hasta que se apodera de todos nuestros huesos. No nos pega de sopetón, por eso algunos no la sentimos tan de cerca. Pero, pausadamente, una vez se entroniza en el pueblo, difícilmente se puede solventar. Ese es el caso de crisis de salud que se ha ido enraizando en nuestro pueblo. Médicos que emigran, hospitales en quiebra, centros de entrenamiento de especialidades reducidos, salas de urgencia cerradas. El sistema de salud puertorriqueño languidece, pero los políticos se niegan a reconocerlo. Ese es el mayor problema, cerrar los ojos y tratar de manipular la opinión pública.
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