No se sabe si su campaña es meramente un espejismo guiado por un júbilo temporero o un baluarte que reescribirá las reglas del juego politico, escribe Gregorio Igartúa
No se sabe si su campaña es meramente un espejismo guiado por un júbilo temporero o un baluarte que reescribirá las reglas del juego politico, escribe Gregorio Igartúa
Las convenciones de los partidos nacionales, al menos la parte que vemos proyectada en nuestras pantallas es simplemente un espectáculo, una fachada de luces, humo, bombos y platillos que tiene como objetivo entretener, crear entusiasmo y conferirles a las huestes una impresión de inevitabilidad. Por consiguiente, no debería sorprendernos que típicamente tengan un efecto positivo en las encuestas, aunque sea temporeramente, el mentado “convention bounce”. Claro está, eso es lo usual.
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