

El proceso de quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) entra en una nueva etapa nunca antes vista en los procesos anteriores bajo la Ley Promesa. Finalmente, la Junta de Control Fiscal, a través del plan fiscal de la AEE más reciente, confirma lo que el pueblo sabe desde hace rato: el sistema eléctrico no aguanta más. Sin importar dicho Plan Fiscal, ni los números de LUMA, la realidad está al frente de nuestros ojos. En Puerto Rico sufrimos los embates de una infraestructura eléctrica precaria, producto, entre otras cosas, de la pobre inversión en mantenimiento y mejoras permanentes por décadas. La privatización, evidentemente, no ha logrado mejorar la crisis; al contrario, la empeoró.
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