Puerto Rico merece un uso más sensato y equitativo de sus recursos, con inversiones que beneficien a todos sus habitantes, no solo a unos pocos, plantea José E. Fernández Bjerg
Puerto Rico merece un uso más sensato y equitativo de sus recursos, con inversiones que beneficien a todos sus habitantes, no solo a unos pocos, plantea José E. Fernández Bjerg
El desperdicio de casi $3 billones en la construcción del Tren Urbano que solo beneficia a la zona metro es un fracaso innegable y una cicatriz en el corazón económico de Puerto Rico. Esta inversión catastrófica no solo erosionó las ya frágiles finanzas de la isla, sino que cada año se convierte en un monumento más al despilfarro, con cada vagón vacío que recorre sus vías.
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