La combinación de las intensas lluvias y la falta de mantenimiento en la sede del archivo ha creado una situación alarmante, escribe Marisel Flores Carrión
La combinación de las intensas lluvias y la falta de mantenimiento en la sede del archivo ha creado una situación alarmante, escribe Marisel Flores Carrión
Las recientes lluvias que afectaron a Puerto Rico a fines de octubre han hecho algo más que inundar calles y afectar la vida cotidiana de los puertorriqueños. También pusieron en peligro uno de los tesoros más preciados del país: su patrimonio documental. El Archivo General y la Biblioteca Nacional, guardianes de documentos de inestimable valor histórico y legal, enfrentan una crisis por falta del servicio eléctrico hace más de 30 días. La solución al problema no aparenta ser prioridad de la gerencia del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Esta situación, que se ha considerado un mero inconveniente técnico, es realmente un llamado de alerta sobre la fragilidad de los archivos de nuestra memoria colectiva.
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