En Puerto Rico se ha cometido una masacre educativa, de la que al sol de hoy seguimos viendo sus secuelas. Privar a nuestros niños del derecho fundamental a la educación no puede llamarse de otra manera, plantea Aida Díaz
En Puerto Rico se ha cometido una masacre educativa, de la que al sol de hoy seguimos viendo sus secuelas. Privar a nuestros niños del derecho fundamental a la educación no puede llamarse de otra manera, plantea Aida Díaz
A medida que el tiempo sigue transcurriendo, nos sigue dando la razón. Una vez más los fondos federales destinados a la educación de nuestros niños vuelven a quedar presos de la incompetencia y negligencia administrativa de los gobiernos de turno. Si bien es cierto que estos solo pueden ser utilizados para complementar lo que por limitaciones presupuestarias el estado no puede ofrecer, con dichos fondos se atienden múltiples necesidades que de otra manera quedarían en el escritorio de algún burócrata.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: