En un lugar conocido nos sentimos seguros, usted sabe, en nuestra cancha, y decimos que estamos en ¿el área? ¿la área? ¡Ea! ¿Masculino o femenino? Femenino. ¿Por qué? Pues mire, no es invento de académicos; es historia. Sepa que de los sustantivos femeninos comenzados con a tónica (con la fuerza de acentuación), ninguno ADMITE la anteposición del artículo femenino la. Todos ellos (¿o debo decir ellas?) exigen la forma masculina el. Entonces lo “correcto”, dice Alba, es el águila, el alma, el habla y EL ÁREA, aunque sea un nombre de género femenino. ¿Por qué? Le explico. Este grupo de palabras comenzados con a tónica, a diferencia de otras chicas, NO requieren el artículo masculino por razones de eufonía o belleza, ni para evitar el encuentro de dos vocales /a/ (como algunos autores y gramáticos sugieren). Nada que ver. En estos casos, (agárrese bien), el es una forma de artículo FEMENINO que, igual que la, deriva del antiguo ela: ela agua. “También se ha generalizado el uso de la forma correspondiente al masculino con el artículo indefinido: un alma, un arpa […]” añade el autor. Ahora bien, cuando entre el artículo y el sustantivo aparece OTRA PALABRA, se usa la forma habitual del artículo femenino, como en estos ejemplos de Alba: la NEGRA águila, la GRAN área. En lo que a la lengua respecta no hay área segura, ni seguro que nos cubra. ¿Mareado? Somos dos. Por si acaso, no salga del área, hasta que se le pase el mareo, ¿o será la marea? ¡Oh Dios!
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