El abogado Hiram Lozada declara que no hay forma de prevenir los asesinatos en un país de extrema desigualdad social, donde prevalecen las reglas turbias del narcotráfico y la economía oculta
Ocurrió en la Calle Chardón, entre el Tribunal Federal y Plaza Las Américas en la noche del lunes. Los asesinos lo acribillaron. En la escena, los policías recogieron decenas de casquillos. Usaron armas automáticas. La persecución fue tenaz. Quizás una bala hubiera sido suficiente. Pero no. Los gatilleros dejaron sus marcas en el pleno centro de la ciudad. El mensaje no es solo para los amigos, socios o parientes del occiso. Es para todos. “Así son las cosas. Así son nuestras reglas y se imponen donde queramos. Esta vez en horas de la noche. A veces es a pleno sol. No se quejen. No hubo niños cerca. Pero poco nos importa”.
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