La calidad de vida de los residentes de la antigua ciudad capital se deteriora con el paso de los años, escribe Wilma Reverón
La calidad de vida de los residentes de la antigua ciudad capital se deteriora con el paso de los años, escribe Wilma Reverón
Llegué al Viejo San Juan desde la Ciudad de Nueva York en 1959 a estudiar mi primer grado en la Academia Católica. Era una ciudad de niños: estudiantes del Colegio Santo Tomás (hoy sede del Centro de Estudios Avanzados), nuestros vecinos de la Escuela Baldorioty de Castro (hoy sede de la Universidad Carlos Albizu) la Escuela José Julián Acosta (cuya historia arquitectónica se remonta al 1907), la Escuela Abraham Lincoln (fundada en 1950).
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