Cuando se restringen oportunidades sociales, laborales y recreativas y se limita la inclusión a las personas adultas mayores, la depresión y la ansiedad encuentran terreno fértil, escribe Aysha Concepción Lizardi
Cuando se restringen oportunidades sociales, laborales y recreativas y se limita la inclusión a las personas adultas mayores, la depresión y la ansiedad encuentran terreno fértil, escribe Aysha Concepción Lizardi
El edadismo o prejuicio por razón de edad contra personas adultas mayores se manifiesta con una fuerza que va más allá de simples cifras demográficas. En Puerto Rico, la estadística que revela que el 22.3% de la población tiene más de 65 años, según la Oficina del Censo de Estados Unidos, documenta un envejecimiento demográfico, pero además hace patente la apremiante necesidad de reconfigurar la percepción hacia las personas adultas mayores.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: