Le toca a Domingo Emanuelli ahora demostrar su compromiso real con la entereza moral y con nuestro país, no con palabras sino con acciones, y que en efecto la ley aplica a todos por igual, escribe Armando Valdés Prieto
Le toca a Domingo Emanuelli ahora demostrar su compromiso real con la entereza moral y con nuestro país, no con palabras sino con acciones, y que en efecto la ley aplica a todos por igual, escribe Armando Valdés Prieto
Con la decisión del Tribunal Supremo de validar la elección, a todas luces fraudulenta e ilegal, de Ricardo Rosselló como cabildero por la estadidad, se encamina la rehabilitación fast track de una figura cuyas acciones lo convirtieron en el primer gobernador en nuestra historia en tener que abandonar el cargo. Este espectacular giro, sin que siquiera se cumplieran este próximo 24 de julio los dos años desde que anunciara su renuncia, apunta a la más peligrosa debilidad del sistema político puertorriqueño: la fragilidad de nuestras instituciones ante el culto a la personalidad.
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