No existe razón desde la perspectiva democrática de porqué alguien que incursione en la política o en el servicio público tiene que estar sujeto a la ventilación de los aspectos más íntimos de su vida personal, escribe Carlos Díaz Olivo
No existe razón desde la perspectiva democrática de porqué alguien que incursione en la política o en el servicio público tiene que estar sujeto a la ventilación de los aspectos más íntimos de su vida personal, escribe Carlos Díaz Olivo
Uno de los reclamos ciudadanos frecuentes es que en los procesos electorales participen como aspirantes a los cargos públicos una mayor cantidad de personas serias y preparadas. El problema es que muchas de las medidas adoptadas por nuestro sistema político tienen precisamente el efecto de alejar a los mejores candidatos.
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