Ante el desastre que el país ha vivido durante el proceso primarista ya no basta hablar de una crisis en las instituciones. Esto es un ataque total a los cimientos de la poca democracia que ostenta Puerto Rico, dice Ana Teresa Toro
Ante el desastre que el país ha vivido durante el proceso primarista ya no basta hablar de una crisis en las instituciones. Esto es un ataque total a los cimientos de la poca democracia que ostenta Puerto Rico, dice Ana Teresa Toro
Lo más importante es el credo y hoy es posible decir, sin temor a equivocarnos, que por aquí ya nadie cree ni en la paz del sepulcro. El problema es que pareciera que estamos caminando sobre un cementerio en el que cada lápida lleva el nombre de una institución diferente. Se lee “Partidos políticos”, se lee “Políticos”, se lee “Iglesia”, se lee “Estado”, se lee “Fortaleza”, “Legislatura”, “Justicia” y si seguimos a este paso, muy pronto va a leerse en ese cementerio de las desinstituciones la palabra “Democracia”. Eso es un peligro mayor y en ese territorio nos encontramos.
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