La banca comercial en la isla cuenta con rigurosos protocolos internos para prevenir, detectar y reportar la práctica de explotación financiera de adultos mayores en sus diversas modalidades, escribe Zoimé Álvarez Rubio
La banca comercial en la isla cuenta con rigurosos protocolos internos para prevenir, detectar y reportar la práctica de explotación financiera de adultos mayores en sus diversas modalidades, escribe Zoimé Álvarez Rubio
La segunda fase de la iniciativa educativa contra el fraude de la Asociación de Bancos de Puerto Rico, “Es un pescao”, hizo un llamado especial a un sector específico de la sociedad: el de los adultos mayores. Y es que estos son más propensos a ser víctimas de las estafas. Lamentablemente, los adultos mayores no solo tienen que preocuparse de ser estafados por figuras externas, sino también por personas cercanas a ellos, como familiares, amigos, vecinos, etc. Esta situación se denomina explotación financiera y se define como el uso impropio de los fondos, de la propiedad, o de los recursos económicos de un adulto mayor o persona con impedimento por otra persona.
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