Al cumplirse su centenario conviene evaluar cuánto conocemos de este artista y repasar sus aportaciones, escribe Zaima Yira Negrón
Al cumplirse su centenario conviene evaluar cuánto conocemos de este artista y repasar sus aportaciones, escribe Zaima Yira Negrón
Casi a diario caminaba frente a la casa donde nació Bobby Capó. Desde niña escuché su nombre por boca de los adultos con los que me relacionaba. Lo mencionaban con gran admiración y siempre recalcaban que era artista. En el aire de mi infancia la música siempre estuvo muy presente. Con un padre cuatrista, tíos trovadores y varios músicos adicionales en mi entorno era muy difícil no tentarse por el pentagrama. Cuando se hablaba de Bobby Capó a mi alrededor se enfatizaba en el hecho de que había logrado a través de su pasión y talento en la música desarrollarse de manera exitosa. Pero era solo eso lo que se nos compartían. Crecí admirando a Bobby Capó porque el mensaje era el mismo y muy repetitivo.
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