¿Así de fácil los expertos desligan el expediente criminal de Hermes Ávila del historial de sus huesos?
¿Así de fácil los expertos desligan el expediente criminal de Hermes Ávila del historial de sus huesos?
A esta historia le cambiaron el comienzo. Se supone que empezara por el “frosting” de bizcocho que Hermes Ávila le puso a su víctima, luego de golpearla, degollarla y violarla. Por más espantoso que resulte, esta historia debió comenzar por ahí, pero la Secretaria de Corrección modificó el principio. Es decir, Hermes Ávila ya no es un violador, un asesino, un necrófilo -según la autopsia- con una condena de cadena perpetua, sino el falso parapléjico que engañó al sistema, o el mago de la mentira que embaucó a policías, guardias correccionales, trabajadores sociales, una compañía, a cuatro médicos, y a la mismísima secretaria. ¿Mentiroso? Mentiroso era aquel hombre del merengue de Olga Tañón: “Es mentiroso ese hombre, es mentiroooso”. Mentiroso era Antoine Doniel, el adolescente de la película Los cuatrocientos golpes de Truffaut, que se salva de un apuro escolar con el embuste de que su madre acaba de morir.
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