No importa si somos de Puerto Rico, de Washington, o de Idaho, la amenaza del fuego inspira cuentos y canciones que recordamos para siempre, escribe Benigno Trigo
No importa si somos de Puerto Rico, de Washington, o de Idaho, la amenaza del fuego inspira cuentos y canciones que recordamos para siempre, escribe Benigno Trigo
Llevamos un mes en Idaho. Los fuegos en el Oeste de los Estados Unidos son tan grandes, que el humo cruza el país y llega hasta la costa Este. A seis millas de casa, arde un fuego hace varias semanas. Suena el teléfono. Mi esposa lo contesta. “Es Chuck. Dice que preparemos una maleta con nuestros documentos importantes, y la pongamos al lado de la puerta en caso de que tengamos que salir corriendo esta noche”.
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